Da lo mismo los años que pasen, sigo añorando el mar, los montes...
Deseando llegar a Alsasua donde, por fin, el paisaje se parece de verdad al de mi pueblo, y bajar Etxegarate esperando que aparezca el Txindoki, y gritar a mi marido y mis hijos, una vez más, como cada vez: ¡Mirad, el Txindoki!!
Mi tierra |
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